Oración al Justo Juez en intercesión por México
Te comparto esta oración con referencias bíblicas para que el Justo Juez interceda por nosotros los mexicanos en los momentos de tribulación. Que este rezo te ayude a que la violencia no gobierne sobre tu corazón y que la verdad siempre salga a la luz. Espero que la palabra del Señor, que lo empapa todo y nos colma de sabiduría para enfrentar cualquier problema, brinde una luz esperanzadora para el pueblo de México.
Oh Jesús, Justo Juez, rey eterno y glorioso, hoy me presento ante tu majestad divina para interceder por tu hijo México, que viene herido y cargado por las falsedades, las injusticias y los ataques del enemigo. Tú que fuiste condenado injustamente por las manos de hombres perversos (Hechos 3:14), que guardaste silencio ante los acusadores (Mateo 26:63; 27:12, 14; Marcos 14:61; 15:5; Lucas 23:9; Isaías 53:7), ven ahora en defensa de México. Tú que todo lo ves; Tú que conoces la verdad oculta en lo más profundo del corazón (Salmo 44:21); Tú que escudriñas las mentes y las intenciones (Jeremías 17:10; Hebreos 4:12); rompe toda mentira levantada contra él. Destruye las obras del enemigo que buscan su caída.
Señor, acoge a México bajo la sombra de tus llagas sagradas (Isaías 53:5; 1 Pedro 2:24), esas heridas que claman justicia, misericordia y redención. Cúbrelo con tu sangre protectora, derramada por amor y salvación del mundo (1 Pedro 1:18-19; Hebreos 9:14), esa sangre que es escudo (Éxodo 12:13) y defensa contra toda lengua que se levanta en injusticia (Isaías 54:17).
Tú que fuiste llevado como cordero al matadero (Isaías 53:7; Hechos 8:32) y que abriste tus brazos en la Cruz para vencer (Colosenses 2:15; 1 Corintios 15:57), vuelve tus ojos hacia México, tu siervo redimido, y declara con tu voz poderosa: basta ya; silencio a las calumnias; fin a la opresión; derrota al enemigo.
Como dice tu Palabra: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque soy tu Dios» (Isaías 41:10). Justo Juez del cielo y de la tierra, hoy intercedo por México, porque el enemigo ha venido como río (Isaías 59:19) para aplastarlo con mentira, contaminar su nombre, destruir su paz, apagar su luz y cerrar sus caminos. Pero Tú, Señor, levantas la bandera de victoria sobre él. Tú eres su escudo y fortaleza (Salmo 18:2; 28:7), su verdad cuando abundan las mentiras, su justicia cuando las puertas de los hombres se cierran.
¡Oh Verdad Eterna! Declaro sobre México que ningún arma forjada contra él prosperará y que toda lengua que se levante en juicio será condenada (Isaías 54:17). Te ruego que pongas confusión en el campamento del enemigo (Éxodo 23:27; Salmo 35:4), desbarates sus planes (Salmo 33:10), expongas sus engaños y reveles sus trampas (Salmo 9:15). Quita el velo de la mentira y muestra la luz de tu verdad. Rodea a México con tu favor como con un escudo (Salmo 5:12).
Justo Juez, entra ahora en cada rincón de la vida de México, camina por su hogar, por sus pensamientos, por sus decisiones y echa fuera todo lo que no te pertenece: miedo, ansiedad, odio, ira, vergüenza. Líbralo de todo espíritu de confusión; límpialo con tu poder. Hazlo libre por medio de tu Palabra, porque «la verdad los hará libres» (Juan 8:32). Tú eres la verdad (Juan 14:6).
Como David clamó en el desierto (Salmo 42:1-2; 63:1), así clamo por México: «Levántate, oh Dios, defiende su causa contra gente impía. Líbralo del hombre engañoso» (Salmo 43:1).
Justo Juez, Tú eres el León de la tribu de Judá (Apocalipsis 5:5). Ruge con poder sobre las circunstancias de México. Declara Tú que su causa es justa y que ninguna calumnia podrá permanecer contra el hijo del Altísimo. Envía tus ángeles con espadas desenvainadas a pelear por él (2 Reyes 6:17; Salmo 35:5). Que San Miguel Arcángel defienda su causa (Daniel 12:1). Que todo plan del enemigo se vuelva contra sí mismo (Salmo 7:15). Rompe toda cadena de engaño (Isaías 58:6), destruye todo altar de mentira, cancela toda obra de maldad y toda brujería levantada contra él. Levanta tu verdad como bandera sobre su vida.
Creo, Señor, que Tú lo defiendes. No necesita pelear con sus fuerzas, porque Tú pelearás por él (Éxodo 14:14). Dale paz, serenidad y el gozo de saber que el enemigo será derrotado por tu justicia. Cuando los hombres no escuchen su verdad, sé Tú su voz. Cuando se vea solo, quédate con él (Mateo 28:20). Cuando lo ataquen sin razón, levanta tu escudo alrededor suyo (Salmo 3:3). Hazlo paciente, fuerte y sabio. Hazlo semejante a Ti, que siendo inocente no abriste tu boca (Isaías 53:7). Y actúa con justicia, Señor, con tu espada afilada (Hebreos 4:12). Que todo enemigo espiritual que se levante contra él sea destruido en tu nombre.
Rompe toda maldición declarada contra México. Derrumba todo altar de brujería, chisme, calumnia, odio, toda palabra mal intencionada y todo pacto oculto con su nombre. En el nombre del Justo Juez, declaro su libertad. Declaro que su reputación está en tus manos. Declaro que su nombre está escrito en el libro de la vida (Apocalipsis 20:12), que su alma está marcada con la Sangre del Cordero (Apocalipsis 7:14; 12:11), que es hijo del Rey (Salmo 45:13), y que ninguna arma forjada contra él prosperará (Isaías 54:17).
Como dice tu Palabra: «Muchos son los males del justo, pero de todos ellos lo libra el Señor» (Salmo 34:19). Te alabo, Señor, por lo que harás en México Aunque sus ojos vean lucha, su corazón sienta temor, yo creo que tu justicia es más grande que toda injusticia. Tú harás brillar su justicia como el amanecer (Salmo 37:6), levantarás su cabeza (Salmo 3:3) y derramarás aceite sobre él (Salmo 23:5).
Justo Juez, Salvador y Dios de México, hoy clamo confiando en tus promesas (Hebreos 10:23), sabiendo que eres fiel, justo y poderoso en la batalla (Salmo 24:8). Rompe con tu Palabra viva (Hebreos 4:12) toda mentira, acusación, calumnia, chisme o manipulación contra él. Declaro sin poder toda narrativa construida desde la oscuridad. Revela lo oculto (Lucas 12:2) y exalta tu verdad. Que desde el cielo se escuche tu veredicto sobre México: «Este es mi hijo amado, mi hija amada, en quien tengo complacencia» (Mateo 3:17).
Señor Jesús, Justo Juez, Tú que conoces el dolor de la traición, de la injusticia y la mentira, consuela a México. Enséñale a confiar y a no devolver mal por mal, sino a poner su causa en tus manos (Romanos 12:19). Declara Tú su justicia (Salmo 37:6).
Padre Santo, reviste a México con la armadura espiritual (Efesios 6:11-17): cinturón de la verdad, escudo de la fe, calzado del Evangelio de la paz, yelmo de la salvación y espada del Espíritu. Que no lo detenga la crítica ni la persecución. Que su corazón permanezca firme como roca (Mateo 7:24-25), caminando por fe (2 Corintios 5:7), adorándote, sirviéndote, confiando en Ti. Porque Tú estás con él (Isaías 41:10), Tú vas delante suyo (Deuteronomio 31:8), Tú preparas mesa frente a sus perseguidores (Salmo 23:5).
Gracias, Justo Juez, porque rompes cadenas, destruyes trampas, desenmascaras mentiras y llevas a tus hijos en triunfo (2 Corintios 2:14). Gracias porque sé que liberarás a México de la mentira, del encierro y de toda confusión. Tu justicia no falla, tu fidelidad no cambia, y tu amor lo sostiene.
En el nombre poderoso de Jesucristo, declaro que México es libre, su familia es libre y tus protegidos permanecen en tu verdad.
Amén. Amén. Amén.